Por: Cinthia López Therán

La belleza y grandeza de las cosas simples es algo que pocos saben ver, apreciar y escuchar. Hay gestos, palabras y acciones que si se hacen con el corazón lleno de honor, respeto amor dignidad y perdón, dejan un signo seguro e indeleble en la vida de muchos de nosotros.

Sé sencillo, leal y vive con autenticidad, ten siempre presente que así no tengas cosas materiales que ostentar u ofrecer, lo más grande que un ser humano tiene se llama Dios y su manifestar en la vida de los vivientes se llama amor ágape, esto es lo más bello que como persona puedes dar, apreciar y recibir. Éste amor es incondicional, puro, transparente y real, no es jactancioso ni limitado a las acciones que vengan contra ti. es afable, sincero, perdonador, amable y cariñoso.

Entonces hoy basado en este amor, haz esa llamada que hace tiempo estás aplazando para disculparte por tus indebidas acciones o simplemente para ponerte en paz contigo mismo, recuerda que pedir perdón es estar liberando a ese reo que tal vez tienes encarcelado dentro de ti mismo y que vive sin color, sin paz y desmejorado, preso de su libertad para poder actuar.

Hoy simplemente llama para recordarle a alguien lo importante que es tu vida y hacerle saber cuánto lo amas y le tienes en alta estima.

Hoy escribe un mensaje de amor, de reconciliación de limpieza del alma y del espíritu.

Hoy libera tu salud soltando esas cargas emocionales que entorpecen tu tranquilidad y buen actuar, llora si tienes que llorar, pero suelta tu depresión de una vez por todas, sin auto-conmiseración, sin lástima de ti.

Hoy comparte una taza de café, bendice a alguien que lo necesite, así sea con un pequeño pan, o sencillamente un abrazo.

Lee la Biblia y abraza la palabra que Dios te regaló, eleva un agradecimiento al Cielo porque con mucho o poco, estás aquí en la tierra de los vivientes, y con una misión por terminar aún.

Mira a tu familia y ve como Dios los ha sostenido en medio de tantas vicisitudes e incertidumbres, dile cuánto los valoras, cuanto significan en tu existencia y el gran amor que les tienes, independientemente de tus fallas consecutivas o reiterada y a pesar también de la frecuencia con la que algunos de ellos te colman tu paciencia.

Se repartidor de buenas noticias, aún si el resto de la gente hace lo contrario, habla bien de los demás, aun cuando todos estén señalando, haz de tu día, un ramillete de flores frescas que todos perciban tu aroma y no un pantano de quejas y reacciones feas en las que tus semejantes queden enlodados, deja una huella en el corazón de todos y no heridas, cura, sana, se portador de alegrías y no de penas.

Se feliz y haz feliz a alguien hoy.

No sé te olvide que Dios está contigo y su amor ágape dentro de ti y que este es el tiempo de demostrarlo.

Hoy mírate al espejo de Dios y contempla a alguien que Él hizo semejante a Él.