Oye... Despierta el Espíritu

Por: Cinthia López Theran.

Y enciende el corazón, con fuerza y coraje, con fe y determinación. Deja olvidados tus problemas en algún rincón y retoma la alegría...Hoy es un día de oportunidades nuevas, no lo contamines con quejas del ayer; más al contrario, renueva tus ganas de vivir y despierta a la inspiración, deja que sea Dios el piloto que conduzca tu vida y únicamente esfuérzate en entregar tu mejor versión.

Sonríe a toda hora, las caras alegres dan confianza y credibilidad, además de que encienden la creencia de que todo saldrá bien. Se tan optimista y visionario, hasta el punto aquel de aprovechar no sólo lo que tienes en las manos, si no todo aquello que no llega aún.

Anhela aprender, no olvides que los conocimientos te enlazan al progreso y lo más importante de todo y que siempre tienes que llevar presente, es colocarte en acción, en la brecha, en la línea de los guerreros, porque tienes que saber que el propósito de Dios se cumple en aquellos que determinan ponerse en pie en medio de la circunstancia y no se detienen a mirar atrás en ningún momento, el que mira atrás sólo lo hacen para recordar de donde y de que lo libró el Señor.

Ya está bueno de tanto llorar por el que dirán, ya está bueno de tantos tragos amargos acompañados de soledad y lágrimas interminables, aunque sientas que la gente te mira destruido, con sus actitudes te han desechado y con evasivas te hacen de lado con desprecio.

¡Por favor no temas!

Aun cuando te sientas así y los demás te vean así, existe un lente oficial que ve la realidad, detecta tu verdadera condición y lo mejor es que acierta de cómo serás en tu futuro, y ese es Dios.

Así que si Dios te ve de esa manera ¿por qué te preocupas de cómo te ven los hombres?

Camina con dignidad, sonríe y levanta tu cabeza, con Cristo sonríe y brilla tanto o más que el sol.